L'ORNITONIGMA

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divendres, 18 de desembre del 2015

La lavandera blanca: claves para la identificación de yarrellii y alba

Una de mis aves preferidas es una especie bastante común. La podemos encontrar tanto en el campo como en la ciudad. Gusta de las orillas de los ríos y de los prados ramoneados por el ganado. Elegante y estilizada su nombre es femenino en varios idiomas, es una de nuestras especies de aves más versátiles. ¿Quién no la ha visto alimentándose en una rotonda de cualquiera de nuestras carreteras o en los arcenes de las mismas o en las aceras de nuestras ciudades? Se trata de la lavandera blanca.

La lavandera blanca Motacilla alba ocupa casi cada rincón de nuestra geografía. Digo casi, porque la altitud la frena un poco. Es una especie que se distribuye por todo el Paleártico, desde el norte de África, donde habita la subespecie subpersonata, hasta la península de Kamchatka (lugens) y el estrecho de Bering (ocularis). En la Península Ibérica cría la subsepecie nominal alba, pero desde septiembre hasta marzo o abril, nos visita la subespecie yarrellii, endémica de las Islas Británicas. Durante el otoño-invierno, ocupa principalmente el área cantábrica y Galicia, aunque puede aparecer en otras partes de la península. La separación entre ambas subespecies resulta fácil en el caso de los machos adultos, pero puede complicarse, y mucho, con hembras y sobre todo con juveniles. Para acabar de complicarlo un poco más, existen híbridos alba x yarrellii. Ahora que comienza el invierno, es un buen momento para estudiarlas y prestar atención a los ejemplares más sospechosos. Aquí van unas claves básicas para identificar ambas subespecies. Añado que esta es una entrada abierta al debate. Es una especie fácil hasta que te adentras en ella. Entonces surgen mil preguntas. Cualquier aportación será bien recibida.


LA IDENTIFICACIÓN DE ‘alba’

Los machos de alba muestran una combinación de blanco, negro y gris que los hace inconfundibles. Su plumaje es muy parecido al la librea estival, pero los limites entre los colores están menos definidos, o dicho de otra forma, se funden los unos con los otros. El negro que cubre el pileo, la nuca y la parte posterior del cuello muestra trazos grisáceos y el límite con el manto no está tan definido. El babero negro que nace en el mentón y se extiende por todo el pecho, queda reducido a una banda pectoral estrecha.



Individuos oscuros y con los flancos manchados de gris son típicos en las alba occidentales.

Las hembras adultas son parecidas, pero con más gris y menos negro sobre la cabeza y a menudo con cierto moteado blanco. El blanco de la cara no suele ser tan puro como en los machos y generalmente se aprecia un tono ligeramente gris-amarillento. Esto, por supuesto, está sometido a cierta variabilidad individual, tanto en machos como en hembras. Cabe fijarse también en las puntas blancas de las cobertoras grandes y medianas, que en promedio son más estrechas y de un blanco más apagado que en los machos, aunque éste es quizás un detalle difícil de apreciar en campo.



Los ejemplares de primer invierno son semejantes a las hembras, pero con la cabeza generalmente grisácea y la ‘cara’ tintada de amarillo pálido en lugar de blanca. Algunos retienen las plumas gris pálido del píleo, que hace que su expresión facial parezca más nítida. Se trata de aves mucho menos contrastadas y de un gris más uniforme, con flancos más claros. Además retienen plumas juveniles en las alas, con un fuerte desgaste, que contrastan con el resto del plumaje (se ven gris-marronáceo).

Arenys de Mar (Maresme, Barcelona). Marzo 2014.
Villafáfila (Zamora). Enero 2015.




LA IDENTIFICACIÓN DE ‘yarrellii’

Los machos de esta subespecie son inconfundibles. Todos tenemos en mente un ave pia con fuerte contraste entre el negro de las partes superiores y el blanco de las inferiores. Y eso es básicamente un macho de labandera blanca enlutada, sólo que en invierno la garganta es blanca y al igual que en alba, y el babero pectoral también queda reducido a una banda negra.

Xixón, Asturies. Diciembre 2014.
Este ejemplar ya muestra plumaje de verano. Marzo 2012. Xixón (Asturies) 


Las hembras ya presentan algunas dificultades de identificación. También son oscuras, pero a diferencia de los machos tienden a tonalidades de gris menos subidas. En este sentido se parecen más a la subespecie alba. Y aquí entra en juego un rasgo diagnóstico básico en la determinación de esta subespecie, el color del obispillo y supracobertoras caudales. En alba las supracobertoras caudales son algo más oscuras que el resto de las partes superiores, pero tienden a diluirse con el gris antes de alcanzar la terciaria más pequeña. Sin embargo en yarrellii el negro sí alcanza la terciaria más pequeña. Este es una rasgo diagnóstico muy importante en la identificación. Además es un rasgo observable en campo. De modo que atentos a los obispillos.  Otros rasgos en los que nos hemos de fijar son los tonos negruzcos de escapulares y cobertoras pequeñas, y los flancos más oscuros, que le dan al ave un aspecto sucio.


Xixón, Asturies. Diciembre 2013.


Los primeros inviernos son semejantes a las hembras y a veces la datación resulta difícil. Generalmente muestran la cabeza menos contrastada, con frentre blanca y píleo y nuca negros, cosa que los hace muy similares a las hembras y primeros inviernos de alba. Sin embargo difieren en sus partes inferiores mucho más oscuras, un moteado oscuro sobre escapulares y que ocasionalmente aparece también en el manto. Además de lo ya citado sobre el negro de obispillo y supracobertoras caudales (recordad lo del límite en la terciaria más pequeña). A diferencia de los primeros inviernos de alba, los de yarrellii muestran más contraste en la cabeza (blanco-negro frente a gris-blanco-amarillento). Hemos de fijarnos también en el orlado blanco (más blanco) de las grandes cobertoras (GC), que es con diferencia mucho más ancho en yarrellii, además de en los centros más oscuros. Esto se debe a que a diferencia de alba, yarrellii renueva la mayoría de las GC en la muda postnupcial.



Xixón, Asturies. Diciembre.

LOS HÍBRIDOS

Para abordar este tema os dejo este enlace, que es de obligada lectura para todos aquellos que estén interesados en el estudio de este grupo. Os dejo con las fotos de de un híbrido que apareció en el río Besòs (Sant Adrià de Besòs, Barcelona) en abril de 2004.







BIBLIOFRAFÍA:

  • Harris, A.; Tucker, L. & Vinicombe, K. 1990. The MacMillan Field Guide to Bird Identification. MacMillan Press LTD. London.
  • Alström, P. & Mild, K. 2003. Pipits and Wagtails of Europe, Asia and North America. Identification and systematics. Christopher Helm. London.
  • Adriaens, P.; Bosman, D. & Joris Elst. White Wagtail and Pied Wagtail: a new look. http://www.digimages.info/bergri/Wagtails_MotacillaAlba&Yarrellii_DB32-4_2010.pdf

dissabte, 31 d’octubre del 2015

L'Ornitonigma: 2 x 1

Com que vaig amb una mica d'enraredit, us ofereix dos nous reptes en una mateixa entrada. Crec que són facilets, especialment un d'ells. Els dos exemplars van caure en diferents jornades d'anellament en ambients molt diferents. Espero que aquesta infoormació sigui d'ajuda.

Moltes gràcies per participar i ens veiem d'aquí a unes setmanes.

Ornitonigma d'octubre

Ornitonigma de novembre

diumenge, 12 de juliol del 2015

Solución al Ornitonigma de mayo


Antes de comenzar la descripción y resolver el Ornitonigma de mayo, me gustaría comentar en un par de líneas algunas curiosidades sobre este mosquitero, porque de eso sí que estamos todos seguros, se trata de un mosquitero. En concreto de un mosquitero casi exclusivamente europeo, que gusta de los bosques maduros y bien desarrollados para criar. El invierno, como muchos de los miembros del género Phylloscopus en Europa, lo pasa en el África ecuatorial. Comentar por último que es el más grande de nuestros mosquiteros. Quizás con estos datos, ya sepáis de cuál se trata.


Breve análisis de la fotografía

Bajo el dosel arbóreo vemos un mosquitero de estructura robusta, compacto y con un patrón facial bien marcado. Pese a la débil luz previa al ocaso —momento en que se tomó la fotografía—, se aprecia un claro contraste entre las partes superiores verdosas y las inferiores pálidas, de un blanco sedoso algo sucio por efecto de la luz, pero aún así bastante bien delimitadas.

Lo más llamativo es sin duda su diseño facial, en el que destaca una ancha ceja amarillo limón, flanqueada en su parte inferior por una lista ocular oscura y enfatizada por un anillo ocular amarillento. Las mejillas y coberteras auriculares son del mismo tono amarillo que el supercilio, aunque ligeramente más oliváceo en su extremo posterior, allá donde se fusionan con el verde oliváceo de los lados del cuello.

Sobre las partes superiores verdes destacan las terciarias de centros oscuros con anchos bordes blanquecinos. Bordes blanco-amarillentos se distinguen también en las grandes cobertoras, que añaden un ligero contraste al conjunto. Afinando mucho, y gracias a la fotografía, ya que en el campo debido a las condiciones que se daban no era una característica apreciable, podemos intuir que los bordes de les hemibanderas externas de las secundarias son amarillentos y forman un panal alar. En el resto de las alas, destaca el álula y las primarias más oscuras que el resto.

Otro detalle importante y apreciable en la fotografía, es la corta proyección de las retrices en relación con las infracobertoras caudales. Este rasgo acentúa su aspecto compacto y robusto.

En cuanto a las partes no emplumadas, sólo podemos apreciar unas patas largas y fuertes de un tono amarillo pálido y el ojo oscuro bien contrastado contra el fondo amarillento.

Con todos estos elementos ya podemos empezar a discriminar.


Valorando candidatos

El mosquitero musical (Phylloscopus trochilus) es también un mosquitero grande, pero más elegante, estilizado y longilíneo, de patas largas y claras como el de la fotografía. La tonalidad general de las partes superiores va del verde oliváceo al verde amarillento, pero sin ese contraste tan acusado con las partes inferiores. Por el contrario parece que tienden a fusionarse. Cuenta también con un suave patrón facial, formado por un supercilio blancuzco-amarillento y una lista ocular oscura, aunque mucho menos contrastado. En general se trata de un ave de aspecto más uniforme y monocolor en contraste con el de la fotografía.



El Mosquitero verdoso (Phylloscopus trochiloides) es también una especie con un marcado contraste entre las partes superiores verde oliva o verde brillante (dependiendo de la subespecie) y las inferiores blancas. Presenta un patrón facial llamativo, formado por supercilio bien marcado, que desde la frente alcanza el extremo posterior de las cobertoras auriculares. Sin embargo, es de un tono blancuzco o cremoso y no amarillo limón como en el caso de nuestra ave. Tampoco son amarillas las mejillas, que aparecen cubiertas de un moteado oscuro similar al tono de las partes superiores. Un rasgo característico de esta especie es la nítida barra alar formada por las puntas blancas o blanco-amarillentas de las grandes cobertoras externas, rasgo ausente en el ejemplar de la foto. Otra diferencia no menos importante la encontramos en el color de las patas, que varían entre el marrón y el gris, pero nunca son amarillentas. Por tanto, es difícil que ésta sea nuestra ave.

http://ibc.lynxeds.com/photo/greenish-warbler-phylloscopus-trochiloides/nandi-hills-bangalore-india


Siguiendo con nuestros candidatos llegamos al Mosquitero papialbo (Phylloscopus bonelli). Es éste un mosquitero que difiere mucho de nuestro ejemplar, básicamente por la ausencia de patrón cefálico bien definido, que en todo caso aparece muy difuso.



Tenemos por último al Mosquitero silbador (Phylloscopus sibilatrix). Un ave con las partes superiores de un verde intenso, con terciarias oscuras con bordes pálidos, destacado supercilio amarillo limón, lista ocular oscura, mejillas amarillas, partes inferiores blancas bien contrastadas con las superiores y patas pálidas (amarillentas). Todos estos datos son coincidentes con el breve análisis que se hizo en el primer epígrafe. Por tanto, ya le podemos poner nombre y apellidos a nuestro pequeño misterioso, Mosquitero silbador

El ejemplar fue observado junto a Jordi Sala, Jaume Castellà i Dani González en los Aiguamolls de l’Empurdà la pasada primavera.


Exemplar en el parque de la Pau, Sant Adrià de Besòs, Barcelonès
(imagen de archivo).