Una de mis aves preferidas es una especie
bastante común. La podemos encontrar tanto en el campo como en la ciudad. Gusta de las orillas de los ríos y de los prados ramoneados por el ganado.
Elegante y estilizada —su nombre es femenino en
varios idiomas—, es una de nuestras
especies de aves más versátiles. ¿Quién no la ha visto alimentándose en una
rotonda de cualquiera de nuestras carreteras o en los arcenes de las mismas o en las aceras de nuestras ciudades? Se trata de la lavandera blanca.
La lavandera blanca Motacilla alba ocupa casi cada rincón de nuestra geografía. Digo
casi, porque la altitud la frena un poco. Es una especie que se distribuye por
todo el Paleártico, desde el norte de África, donde habita la subespecie subpersonata, hasta la península de
Kamchatka (lugens) y el estrecho de
Bering (ocularis). En la Península
Ibérica cría la subsepecie nominal alba,
pero desde septiembre hasta marzo o abril, nos visita la subespecie yarrellii, endémica de las Islas
Británicas. Durante el otoño-invierno, ocupa principalmente el área cantábrica
y Galicia, aunque puede aparecer en otras partes de la península. La separación
entre ambas subespecies resulta fácil en el caso de los machos adultos, pero
puede complicarse, y mucho, con hembras y sobre todo con juveniles. Para acabar de
complicarlo un poco más, existen híbridos alba
x yarrellii. Ahora que comienza el invierno, es un buen momento para
estudiarlas y prestar atención a los ejemplares más sospechosos. Aquí van unas
claves básicas para identificar ambas subespecies. Añado que esta es una entrada abierta al debate. Es una especie fácil hasta que te adentras en ella. Entonces surgen mil preguntas. Cualquier aportación será bien recibida.
LA IDENTIFICACIÓN DE ‘alba’
Los machos
de alba muestran una combinación de
blanco, negro y gris que los hace inconfundibles. Su plumaje es muy parecido al
la librea estival, pero los limites entre los colores están menos definidos, o
dicho de otra forma, se funden los unos con los otros. El negro que cubre el
pileo, la nuca y la parte posterior del cuello muestra trazos grisáceos y el
límite con el manto no está tan definido. El babero negro que nace en el mentón
y se extiende por todo el pecho, queda reducido a una banda pectoral estrecha.
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Individuos oscuros y con los flancos manchados de gris son típicos en las alba occidentales. |
Las hembras
adultas son parecidas, pero con más gris y menos negro sobre la cabeza y a
menudo con cierto moteado blanco. El blanco de la cara no suele ser tan puro
como en los machos y generalmente se aprecia un tono ligeramente gris-amarillento.
Esto, por supuesto, está sometido a cierta variabilidad individual, tanto en
machos como en hembras. Cabe fijarse también en las puntas blancas de las cobertoras
grandes y medianas, que en promedio son más estrechas y de un blanco más
apagado que en los machos, aunque éste es quizás un detalle difícil de apreciar
en campo.

Los ejemplares de primer invierno son semejantes a las hembras, pero con la cabeza
generalmente grisácea y la ‘cara’ tintada de amarillo pálido en lugar de
blanca. Algunos retienen las plumas gris pálido del píleo, que hace que su
expresión facial parezca más nítida. Se trata de aves mucho menos contrastadas
y de un gris más uniforme, con flancos más claros. Además retienen plumas
juveniles en las alas, con un fuerte desgaste, que contrastan con el resto del
plumaje (se ven gris-marronáceo).
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Arenys de Mar (Maresme, Barcelona). Marzo 2014. |
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Villafáfila (Zamora). Enero 2015. |
LA IDENTIFICACIÓN DE ‘yarrellii’
Los machos
de esta subespecie son inconfundibles. Todos tenemos en mente un ave pia con
fuerte contraste entre el negro de las partes superiores y el blanco de las
inferiores. Y eso es básicamente un macho de labandera blanca enlutada, sólo
que en invierno la garganta es blanca y al igual que en alba, y el babero pectoral también queda reducido a una banda negra.
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Xixón, Asturies. Diciembre 2014. |
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Este ejemplar ya muestra plumaje de verano. Marzo 2012. Xixón (Asturies) |
Las hembras
ya presentan algunas dificultades de identificación. También son oscuras, pero
a diferencia de los machos tienden a tonalidades de gris menos subidas. En este
sentido se parecen más a la subespecie alba.
Y aquí entra en juego un rasgo diagnóstico básico en la determinación de esta
subespecie, el color del obispillo y supracobertoras caudales. En alba las supracobertoras caudales son
algo más oscuras que el resto de las partes superiores, pero tienden a diluirse
con el gris antes de alcanzar la terciaria más pequeña. Sin embargo en yarrellii
el negro sí alcanza la terciaria más pequeña. Este es una rasgo diagnóstico
muy importante en la identificación. Además es un rasgo observable en campo. De
modo que atentos a los obispillos.
Otros rasgos en los que nos hemos de fijar son los tonos negruzcos de
escapulares y cobertoras pequeñas, y los flancos más oscuros, que le dan al ave
un aspecto sucio.
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Xixón, Asturies. Diciembre 2013. |
Los primeros
inviernos son semejantes a las hembras y a veces la datación resulta
difícil. Generalmente muestran la cabeza menos contrastada, con frentre blanca
y píleo y nuca negros, cosa que los hace muy similares a las hembras y primeros
inviernos de alba. Sin embargo difieren
en sus partes inferiores mucho más oscuras, un moteado oscuro sobre escapulares
y que ocasionalmente aparece también en el manto. Además de lo ya citado sobre el
negro de obispillo y supracobertoras caudales (recordad lo del límite en la
terciaria más pequeña). A diferencia de los primeros inviernos de alba, los de yarrellii muestran más contraste en la cabeza (blanco-negro frente
a gris-blanco-amarillento). Hemos de fijarnos también en el orlado blanco (más
blanco) de las grandes cobertoras (GC), que es con diferencia mucho más ancho
en yarrellii, además de en los
centros más oscuros. Esto se debe a que a diferencia de alba, yarrellii renueva
la mayoría de las GC en la muda postnupcial.


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Xixón, Asturies. Diciembre. |
LOS HÍBRIDOS
Para abordar este tema os dejo este
enlace, que
es de obligada lectura para todos aquellos que estén interesados en el estudio de
este grupo. Os dejo con las fotos de de un híbrido que apareció en el río Besòs (Sant Adrià de Besòs, Barcelona) en abril de 2004.
BIBLIOFRAFÍA:
- Harris, A.; Tucker, L. & Vinicombe, K.
1990. The MacMillan Field Guide to Bird
Identification. MacMillan Press LTD. London.
- Alström, P. & Mild, K. 2003. Pipits and Wagtails of Europe, Asia and
North America. Identification and systematics. Christopher Helm. London.
- Adriaens,
P.; Bosman, D. & Joris Elst. White Wagtail and Pied
Wagtail: a new look. http://www.digimages.info/bergri/Wagtails_MotacillaAlba&Yarrellii_DB32-4_2010.pdf